Estamos viviendo una vuelta a lo clásico. Y es genial porque lo clásico es también atemporal. Incluso si para adaptarlo a los gustos de ahora su diseño se haya renovado un poquito.
Oria es un aplique perfecto para colocar en pasillos, en subidas de escalera, en recibidores o junto a un espejo que maximice su luz. Lo hemos visto enmarcado en la pared por cuarterones de escayola. Imagínatelo.